Qué es la insuficiencia renal
El aparato urinario está formado por los riñones, los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra y tiene como fin la formación y eliminación de la orina.
Los riñones son dos órganos gemelos situados en la parte media de la espalda, encima de la cintura, uno a cada lado de la columna vertebral, con forma de habichuela y tamaño aproximado de un puño.
El uréter es un conducto de unos 25 cm. de longitud y que propulsa la orina desde el riñón hasta la vejiga, saliendo desde aquí al exterior a través de la uretra.
Principales funciones de los riñones
Groseramente podemos decir que los riñones son la depuradora de nuestro organismo y esta función la realizan a través de la filtración de la sangre que llega a los riñones por la arteria renal y que contiene las sustancias tóxicas para depurar (Urea, creatinina, Ácido úrico, calcio, fósforo, medicamentos, etc.) y que vuelve a la circulación ya depurada a través de la vena renal.
Esta filtración se realiza a través de unos filtros minúsculos llamados glomérulos. Cada riñón tiene aproximadamente 1.200.000 glomérulos.
Otra función muy importante de los riñones, es mantener controlada la cantidad de agua de nuestro organismo, de forma que elimina el exceso del agua que bebemos y evita eliminar el agua que necesitamos. Además, simultáneamente mantiene el equilibrio necesario de muchos componentes de la sangre (sodio, potasio, calcio, fósforo, bicarbonato y otros iones) para que las funciones de otros órganos se realicen adecuadamente.
La orina que eliminamos es por tanto el resultado final de las 3 funciones anteriores, su composición y volumen variará en función de las diferentes circunstancias del día o los días. En esta composición influye lo que comemos, lo que bebemos, la sal que tomamos, si estamos tomando medicamentos, como estamos de hidratados etc. y el volumen total de orina fundamentalmente dependerá de lo que bebemos, de manera que bebiendo unos 2 litros, la orina formada oscilaría entre 1-1.5 l al día.
Además el riñón tiene otras funciones fundamentales como son:
- Formación de la Eritropoyetina (EPO), que estimula la formación de glóbulos rojos en la médula ósea y cuya ausencia conlleva anemia.
- Es regulador fundamental de la Tensión Arterial mediante el control del agua del organismo, el sodio y hormonas reguladoras de la tensión (Renina-Angiotensina-Aldosterona).
- Composición del hueso, dado que se encarga de formar la vitamina D activa a partir de la que tomamos con el sol y los alimentos y contribuye junto con la regulación de la concentración del calcio y el fósforo, a la formación de un hueso sano y de calidad.
¿Qué pasa si los riñones no funcionan bien?
Hay que señalar, que cuando hablamos de insuficiencia renal, estamos hablando de una alteración de la función de los 2 riñones o de uno en el caso de que sólo se tenga un riñón. Decir también, que se puede vivir perfectamente con un sólo riñón, pero es necesario asumir que el único riñón está realizando la función de los 2 y por tanto puede estar más predispuesto a desarrollar IRC si no lo cuidamos.
Cuando los riñones no funcionan bien, se produce una alteración en todas las funciones que le son propias y las manifestaciones tanto clínicas como analíticas, dependerán del grado de la perdida de función renal y si se trata de un problema agudo o crónico.
Cuando se produce una insuficiencia renal aguda (IRA), su corta duración no suele dar lugar a que se manifiesten todas las alteraciones clínicas de la falta de función renal, sin embargo, cuando las alteraciones son prolongadas en el tiempo, hablamos ya de una Insuficiencia renal crónica (IRC) y en este caso progresivamente irán apareciendo los síntomas y las alteraciones analíticas propias de esta situación.
A través de un sencillo análisis de sangre (urea y Creatinina) y orina (sedimento y Albumina), se puede conocer el grado de alteración de la función renal y saber si se trata de una insuficiencia renal aguda o crónica.
Tipos de Insuficiencia renal y pronóstico
A grandes rasgos podemos decir que la insuficiencia renal se puede presentar de 2 formas: aguda y crónica.
- 1.- Insuficiencia renal aguda (IRA):
La alteración de las funciones del riñón se produce de forma brusca. Las manifestaciones clínicas más habituales son las relacionadas con las 3 funciones principales, es decir, la función depurativa, la regulación del volumen de líquidos y la regulación de la composición de iones.
Por tanto, lo más habitual es orinar poco o incluso dejar de orinar y por tanto habrá retención de líquidos con aparición de edemas y en los análisis se objetivará un aumento de la Urea y Creatinina, así como una alteración en la composición de iones. En algunas ocasiones estas alteraciones pueden llegar a ser graves y necesitan tratamiento inmediato, incluso diálisis.
Las causas que pueden desencadenar esta IRA son múltiples y son más habituales en pacientes ingresados en un Hospital. Desde medicamentos, contrastes iodados en personas predispuestas, deshidratación por diarreas, vómitos o exceso de diuréticos, Tensión Arterial muy baja por infecciones graves, obstrucción a la salida de la orina (cálculos, próstata etc.).
En personas no ingresadas, destacar que uno de los medicamentos que con mayor frecuencia pueden desencadenar esta situación son los Antinflamatorios, que habitualmente utilizamos para problemas de dolores articulares durante largas temporadas, teniendo mayor riesgo personas que ya tienen alteraciones de la función renal y ancianos.
Por lo general, es una alteración reversible o que suele curar sin secuelas una vez que se ha resuelto la causa que lo ha producido.
- 2.- Insuficiencia renal crónica (IRC):
Los riñones son “órganos diana” de muchas enfermedades y de hecho los Nefrólogos solemos llegar a diagnosticar enfermedades que han podido pasar desapercibidas hasta entonces, a partir de profundizar en la causa de una Insuficiencia renal. A día de hoy, las causas que destacan como más frecuentes desencadenantes de IRC son la HTA y la Diabetes Mellitus, de forma que si no se controlan adecuadamente, pueden lesionar los riñones. Otras enfermedades son: enfermedades de la inmunidad (nefritis), las infecciones crónicas de los riñones (pielonefritis), los cálculos renales y enfermedades congénitas de los riñones y vías urinarias.
Si por algo se caracteriza la Insuficiencia Renal Crónica (IRC), es por su falta de síntomas hasta que las alteraciones llegan a estadios muy avanzados, donde las acciones que se pueden llevar a cabo para retrasar lo máximo posible su avance, se ven mucho más limitadas que si se realizara un diagnóstico precoz de la enfermedad. Incluso en fases muy avanzadas, la implantación lenta y progresiva de las alteraciones conlleva una adaptación del organismo a los cambios producidos y por tanto una falta de manifestaciones percibidas por el paciente.
En fases avanzadas lo habitual es encontrar: anemia por falta de Eritropoyetina, edemas o piernas hinchadas por retención de líquidos, Hipertensión Arterial (HTA) por mal regulación del volumen del agua, el sodio y las hormonas implicadas, cifras de Urea y Creatinina elevados por falta de filtración; niveles de fósforo y potasio altos, junto a la falta de bicarbonato en la sangre (acidosis) todos ellos por una mala regulación en su eliminación en la orina; también cambios en la composición del hueso, con huesos más frágiles y de peor calidad. Como podemos ver, son todas consecuencias derivadas de la pérdida de las diferentes funciones.
Cuando hablamos de IRC, estamos definiendo una situación mantenida en el tiempo, que es irreversible y por lo general progresiva hacia la Insuficiencia renal avanzada. La velocidad de la pérdida de la función de los riñones, dependerá por un lado de la causa que ha llevado a esta situación, pero por otro de una serie de factores sobre los que si podemos actuar para que la evolución sea lo más lenta posible.
Una consecuencia directa de tener una insuficiencia renal, es que siempre se debe de advertir este hecho cuando nos van a recetar un medicamento, bien porque puede que empeore la función renal (antinflamatorios, algunos antibióticos etc.) o bien porque las dosis habituales tienen que ajustarse al grado de insuficiencia renal (por lo general se necesita menos dosis de medicamento), mediante unas tablas que todos los médicos conocemos y tenemos en nuestras consultas. Muchos medicamentos son eliminados por los riñones y al reducir la dosis no disminuimos su eficacia, sino sus efectos secundarios.
Fuente y Más información:
http://www.alcerrioja.org
¿Qué es la hemodiálisis?
En la hemodiálisis, la sangre es bombeada a través de tubos blandos hacia un equipo de diálisis. Dentro del equipo hay un filtro especial llamado dializador (también llamado "riñón artificial"). El dializador deja pasar los desechos y el líquido adicional, pero retiene las cosas importantes que necesita el cuerpo, como células sanguíneas y nutrientes.
Los desechos y los líquidos adicionales son transportados hacia un líquido de limpieza dentro del equipo de diálisis (llamado "dialisato"), y la sangre limpia vuelve a fluir hacia usted. Solo hay una pequeña cantidad de sangre fuera del cuerpo en cualquier momento dado. En promedio, el proceso toma cuatro horas. La mayoría de las personas se realizan el tratamiento de tres a cuatro veces a la semana. Mientras se realiza su tratamiento de hemodiálisis, usted puede leer, dormir e incluso mirar televisión.
Para poder conectarse al equipo de diálisis debe tener un acceso, o entrada, a su torrente sanguíneo. Este se realiza mediante una cirugía menor, que suele realizarse en el brazo.
Este acceso es permanente mientras se esté realizando diálisis.
Si necesita realizarse diálisis antes de que cicatrice el acceso, se le coloca un acceso temporario en el cuello o en la ingle. Su equipo de atención médica le enseñará cómo cuidar su acceso.
¿Cuáles son los tipos de acceso en la hemodiálisis?
Existen tres tipos de acceso en la hemodiálisis:
Fístula
Una fístula es la opción recomendada para un acceso. Se realiza uniendo una arteria a una vena cercana debajo de la piel para formar un vaso sanguíneo más grande. Este tipo de acceso se recomienda porque tiene menos problemas y dura más. Una fístula debe colocarse en forma temprana (varios meses antes de comenzar la diálisis), de modo de que tenga mucho tiempo para cicatrizar y esté lista para usar en el momento en que usted comience la hemodiálisis. Usted debe ser evaluado por un médico especial, llamado cirujano vascular, por lo menos seis meses antes de comenzar la diálisis.
Injerto.
Si los vasos sanguíneos no son aptos para una fístula, se puede utilizar un injerto. Esto implica unir una arteria y una vena cercana con un tubo blando y pequeño de material sintético. El injerto se encuentra totalmente debajo de la piel.
Catéter
El tercer tipo de acceso, llamado catéter.
Se coloca en una vena grande del cuello o de la ingle. Los extremos de los tubos se encuentran sobre la piel, fuera del cuerpo. Este tipo de acceso suele utilizarse temporalmente si una fístula o un injerto no están listos o si necesitan reparaciones. Los catéteres pueden utilizarse como un acceso permanente, pero solo cuando no es posible colocar una fístula o un injerto.
¿Qué sucede después de que cicatrizan la fístula o el injerto?
Después de que la fístula o el injerto hayan cicatrizado y la diálisis comience, se le colocarán dos agujas en los vasos sanguíneos cada vez que usted se realice el tratamiento. Luego se conectarán las agujas a tubos blandos de plástico. Un tubo transporta la sangre desde la aguja hacia el dializador (el riñón artificial), donde se limpia. La sangre limpia vuelve a usted a través del otro tubo.
¿Cuáles podrían ser algunos problemas comunes durante el tratamiento?
Durante la hemodiálisis, el agua, la sal y los productos de desecho se eliminan del cuerpo más rápido de lo que lo haría un riñón normal, de modo que puede experimentar baja presión arterial, calambres, náuseas, dolores de cabeza y cansancio, especialmente en las primeras semanas antes de que se acostumbre al tratamiento.
Después de realizarse el tratamiento por un tiempo, aprenderá a reconocer los primeros signos de estos síntomas. También podrá informárselos a su enfermero o técnico, a fin de que puedan hacer algo para que esté más cómodo o incluso impedir que sucedan.
¿Qué función cumplen la dieta y los medicamentos en la hemodiálisis?
La hemodiálisis realiza un buen trabajo filtrando y eliminando los productos de desecho y el líquido adicional, pero no puede reemplazar por completo la función que desempeñan los riñones sanos de equilibrar importantes sustancias de la sangre. Eso se realizará a través de los medicamentos que usted deberá tomar y el plan dietario que deberá seguir.
Usted y su dietista trabajarán en un plan dietario que se base en su estado de salud general, cualquier medicamento que tome y lo que a usted y su familia les guste comer.
Una importante parte de su dieta será limitar la cantidad de sal que consume. Comer demasiada cantidad de sal, tomar demasiada cantidad de líquidos o comer los tipos de alimentos incorrectos entre los tratamientos puede hacer que su tratamiento de diálisis le genere molestias. También puede tener efectos graves en su salud.
Consumir muy pocas calorías también puede causarle problemas, así que no se sorprenda si su dietista le pide que coma más de lo que usted cree que debería. Usted debe mantener su fuerza y su peso en niveles saludables.
Tomar todos sus medicamentos tal como se le indica también es muy importante. Es posible que deba tomar pastillas para la presión arterial, medicamentos para mantener los huesos y la sangre sanos y vitaminas y hierro.
¿Cómo se monitorea mi tratamiento?
Se le realizarán análisis de sangre mensuales. Estos son muy importantes debido a que permiten a su equipo de atención médica saber qué tan bien está usted y si es necesario realizer algún cambio en su dieta, sus medicamentos o incluso la cantidad de tiempo que pasa en el equipo de diálisis.
¿Puedo realizarme la hemodiálisis en el hogar?
Muchos centros también ofrecen hemodiálisis en el hogar, lo que le da más libertad y control.
Para realizar su tratamiento en el hogar, su condición médica debe ser estable. Deberá preparar su hogar para el equipo de diálisis y para otros equipos; esto podría implicar cambios en las tuberías y la instalación eléctrica de su hogar. También necesitará un acompañante de atención para que le ayude y necesitará espacio para almacenar los suministros.
Si está interesado en realizarse diálisis en el hogar, usted y su acompañante de atención recibirán capacitación especial sobre cómo realizar su tratamiento de manera segura.
Hable con su equipo de atención médica para saber si la diálisis en el hogar podría ser la opción adecuada para usted. Si usted es candidato, su centro hará los arreglos para que reciba el equipamiento y las entregas regulares de suministros. El equipo continuará realizándole un atento seguimiento y le atenderá cuando asista al centro para realizarse análisis de sangre y chequeos médicos mensuales. Se le entregará un número de teléfono de atención las 24 horas en caso de que tenga una emergencia.
¿Hay diferentes tipos de hemodiálisis en el hogar?
En el caso de la hemodiálisis en el hogar, usted puede elegir entre tres tipos diferentes de esquemas de tratamiento. Las opciones son las siguientes:
Hemodiálisis convencional en el hogar
Los tratamientos suelen realizarse tres veces a la semana. En promedio, cada tratamiento lleva alrededor de cuatro horas.
Hemodiálisis diaria de corta duración en el hogar
Esta implica más tratamientos cada semana durante períodos más cortos. Por ejemplo, podría realizar seis tratamientos en una semana (en comparación con los tres tratamientos habituales). Cada tratamiento durará alrededor de 1½ hora a 2½ horas.
Muchas personas consideran que su calidad de vida mejora con este tipo de diálisis debido a que duermen mejor y tienen un major control de los niveles de presión arterial, anemia (bajo recuento de glóbulos rojos) y fósforo en sangre (un mineral importante de la sangre que es esencial para las células y los huesos).
Hemodiálisis nocturna (mientras duerme)
Esta implica tratamientos largos y más lentos que se realizan mientras duerme, y suele durar de seis a ocho horas. Muchas personas duermen mejor y tienen un mejor control de los niveles de presión arterial, anemia y fósforo en sangre con este tipo de diálisis.
La hemodiálisis nocturna puede realizarse en el hogar o en un centro de diálisis. Sin embargo, no todos los centros ofrecen hemodiálisis nocturna como una opción. Para aprender más sobre esta opción, consulte a su proveedor de atención médica.
Comparación de hemodiálisis: en el hogar o en un centro
Ventajas Desventajas
En el hogar
La diálisis se realiza en la comodidad de su propio hogar.
No necesita viajar hasta un centro de de electricidad y de agua.
Tiene más flexibilidad para elegir el momento del día para realizar la diálisis.
Usted y su acompañante de atención de diálisis aprenden cómo realizar los tratamientos independientemente del personal del centro.
Poder adaptar el programa de tratamiento a su vida y a sus horarios de trabajo puede darle más independencia y control. para guardar el equipo, un sistema de agua (de ser necesario) y los suministros.
Debe tener suficiente espacio en su hogar
Es posible que aumenten sus facturas diálisis.
Necesitará un acompañante de atención de diálisis
Tanto usted como su acompañante de atención de diálisis deberán ausentarse del trabajo o interrumpir su rutina habitual para asistir a la capacitación.
Centro de diálisis
El personal capacitado realiza todas las partes del tratamiento. (Es posible que pueda hacer algunas cosas usted mismo, como insertar las agujas).
Dado que otras personas se realizan diálisis al mismo tiempo, es posible que haga amistades.
Otras personas se realizan diálisis al mismo tiempo, por lo que tiene menos privacidad.
Los días y los horarios del tratamiento son programados por el centro.
Debe viajar al centro al menos tres veces por semana.
¿Es segura la hemodiálisis?
Se ha comprobado que la hemodiálisis, ya sea en un centro o en el hogar, es eficaz, confiable y segura.
Algunas personas pueden estar preocupadas por la transmisión de enfermedades como el SIDA y la hepatitis durante el tratamiento; sin embargo, se toman todas las precauciones necesarias para asegurarse de que esto no suceda. Si esto le preocupa, hable con su nefrólogo o con otro integrante de su equipo de atención médica.