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Degeneración macular asociada a la edad
Definición
La degeneración macular asociada a la edad es una enfermedad de la retina, que puede aparecer después de los 50 años de edad y que tiene características precoces y tardías.
Tal como nos lo explicó el Dr. Juan Manuel Cabañas Lizama, Oftalmólogo y Retinólogo especializado en salud ocular, existen dos tipos principales de Degeneración macular relacionada a la edad:
1.- Atrófica (seca, no exudativa), es una enfermedad lentamente progresiva caracterizada por drusas y atrofia geográfica del EPR.
2.- Exudativa (húmeda, neovascular), se caracteriza por Neovascularización Coroidea y posible cicatrización subretiniana.
Factores de riesgo
En entrevista con este medio, el especialista agregó que la degeneración macular relacionada a la edad es mas prevalente entre los sujetos de raza blanca. “Hay factores genéticos y ambientales que parecen modificar el riesgo de pérdida visual, aunque la importancia relativa de cada uno de ellos no está clara. El consumo de tabaco es el único factor de riesgo modificable.” –señaló.
Principales síntomas
La degeneración macular relacionada a la edad puede causar una variedad de síntomas que afecten su vida diaria:
1.- Defecto del campo visual: A medida que la enfermedad progresa, el centro del campo visual del paciente puede estar manchado, distorsionado o perderse. Esto causa problemas para leer, conducir o reconocer rostros.
2.- Sensibilidad al contraste: Se vuelve más difícil distinguir las texturas y los cambios sutiles en el ambiente.
3.- Poca tolerancia a los cambios en los niveles de luz o necesidad de niveles más altos de luz.
Tratamiento profiláctico
Finalmente, el Oftalmólogo especialista Dr. Juan Manuel Cabañas Lizama -con 10 años de experiencia también en atención de microcirugía de vítreo, láser y degeneración macular–destacó que el tratamiento requiere uso de suplementos y antioxidantes en la mayoría de los casos. Sin embargo, en las fases avanzadas asociadas a la variedad húmeda puede requerir el uso de medicamentos intravítreos (antiangiogénicos) para limitar las secuelas y buscar la conservación de la visión.
El Dr. Juan Manuel Cabañas Lizama es Oftalmólogo y Retinólogo, miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y del Colegio de Oftalmólogos de Mérida, así como Presidente del Colegio de Oftalmología.
Su consultorio está ubicado en calle 19 #201 entre 22 y 20, Col. García Ginerés (detrás de la concha acústica), en Mérida, Yucatán.
Citas 9992521616
Sitio Web: http://www.cabañasoftalmologos.com/
ESTRABISMO
El estrabismo es un problema visual que hace que los ojos no estén alineados correctamente y apunten en diferentes direcciones. Un ojo puede mirar hacia adelante, mientras que el otro se vuelve hacia adentro, hacia afuera, hacia arriba o hacia abajo. El giro del ojo puede ser consistente o puede ir y venir. La alineación correcta puede intercambiar o alternarse de un ojo al otro.
El estrabismo se presenta en un 4% de los niños de México.
La condición puede desarrollarse en el futuro. Puede estar presente en familias, sin embargo, muchas personas con estrabismo no tienen parientes con esta condición.
Para comprender mejor esta afección se debe entender que seis músculos diferentes rodean cada ojo y trabajan “como equipo”. Esto permite que ambos ojos se enfoquen en el mismo objeto.
En alguien con estrabismo, estos músculos no trabajan juntos. En consecuencia, un ojo mira a un objeto, mientras que el otro ojo voltea en una dirección diferente y mira a otro objeto.
Cuando eso ocurre, se envían dos imágenes diferentes al cerebro: una desde cada ojo. Esto confunde al cerebro. En los niños, el cerebro puede aprender a ignorar (suprimir) la imagen proveniente del ojo más débil.
Si el estrabismo no se trata, el ojo que el cerebro ignora nunca verá bien. Esta pérdida de la visión se denomina ambliopía; también recibe el nombre de “ojo perezoso”. Algunas veces, el ojo perezoso se presenta primero y causa estrabismo.
En la mayoría de los niños con estrabismo, la causa se desconoce. En más de la mitad de estos casos, el problema está presente al nacer o poco después. Esto de denomina estrabismo congénito.
Dra. Guadalupe Concepción Canul Estrella
Publicación
¿Qué es la catarata?
Una catarata es una opacidad del lente (cristalino) del ojo, el cual normalmente es claro y transparente; puede compararse a una ventana que se escarcha con hielo o se “empaña” con vapor.
¿Qué es un lente intraocular?
Un lente intraocular es un tipo de implante de material biocompatible (acrílico o silicón), que puede sustituir al lente natural del sistema óptico: el cristalino o complementar su poder dióptrico.
¿Qué tipo de lentes existen?
En la actualidad existen diferentes tipos de lentes intraoculares, que pueden clasificarse:
Según el lugar del implante: pueden ser de cámara anterior, sulcus y cámara posterior.
Según sustituya o no al cristalino pueden ser:
Lentes pseudofáquicos, aquellos que sustituyen el cristalino al ser implantados en la bolsa capsular.
Lentes fáquicos, aquellos que complementan el poder dióptrico del cristalino, al ser implantados encámara anterior o posterior del ojo.
Según sus características ópticas: pueden ser monofocales, que corrigen defecto refractivo a distancia lejana, ameritando el paciente lentes de armazón para corregir la presbicia; multifocales, que corrigen defectos refractivos a distancia lejana y cercana, sin necesitar el paciente lentes de armazón en el postoperatorio en la mayoría de los casos; tónicos, corrigen el defecto refractivo del astigmatismo, pueden ser monofocales o multifocales.
Según simulen la función del cristalino: pueden ser acomodativos, que simulan la fimción del cristalino de forma mecánica; o pseudoacomodativos, son aquellos que simulan la función del cristalino de forma óptica por sus superficies difractivasrefractivas.
Según el tipo de material: pueden ser rígidas, empleado en la cirugía de extracción extracapsular de catarata; o plegables, empleados en la cirugía de facoemulsificación.
Pterigion
El pterigión es un crecimiento anormal del tejido conectivo subconjuntival, también se puede definir como una lámina triangular de tejido fibrovascular que invade la córnea. Comúnmente es llamado “carnosidad” entre el público en general, ya que lo observan como una capa roja que cubre la parte blanca (esclera) y transparente (córnea) del ojo.
El pterigión puede presentarse en pacientes con antecedentes familiares, así como en personas que viven en climas cálidos y están expuestos constantemente a la luz solar (personas que laboran o viven en zonas costeras). Algunos factores que pueden influir en la inflamación del mismo son: la exposición excesiva a alérgenos (solventes y químicos industriales) así como la exposición a condiciones ambientales ásperas (polvo, calor, sequedad y humo), ambas condiciones propician alteración de la película lagrimal, generando un círculo inflamatorio crónico.
Clínicamente el paciente puede referir sensación de ardor o cuerpo extraño, ojo rojo o congestivo, así como disminución de agudeza visual si el pterigión compromete el eje visual.
El diagnóstico se realiza a través de la evaluación clínica oftalmológica, ya que pueden existir otras alteraciones que semejan al pterigión; como por ejemplo la pinguécula entre otros. La mejor forma de realizar diagnóstico diferencial es a través de la evaluación por biomicroscopía, ya que a través del microscopio se pueden observar detalles que a simple vista no son evidentes.
El tratamiento es quirúrgico, y está indicado por motivos cosméticos (solicitud del paciente) o cuando existe compromiso del eje visual. La técnica varía de un cirujano oftalmólogo a otro, sin embargo, la técnica que mayor tasa de éxito ha descrito, es la escisión del pterigión con injerto de conjuntiva libre o de membrana amniótica, dicha cirugía es ambulatoria y amerita una semana a diez días de reposo según el grado de recuperación de cada paciente.
Como prevención para aquellas personas que viven o laboran en zonas costeras o en climas cálidos, se recomienda utilizar de forma rutinaria lentes de sol polarizados con protección UV, sombreros de ala, así como lubricación constante según recomendación de médico tratante.
Retinopatía diabética
La retinopatía diabética es una afección de la retina que ocurre en pacientes con diabetes mellitus (tanto tipo 1 como tipo 2) después de varios años de padecer la enfermedad, y especialmente cuando la enfermedad no está bien controlada. La importancia de la retinopatía diabética radica en que es una de las principales causas de ceguera irreversible, y que puede prevenirse tomando las precauciones adecuadas y aplicando el tratamiento oportunamente.
Uno de los problemas con la retinopatía diabética es que cuando se encuentra en sus fases tempranas no causa ningún síntoma, y puede que los pacientes se percaten de que la tienen ya cuando se encuentre en fases avanzadas. Esa es la razón por la cual todo paciente diabético debe ser sometido a una revisión de fondo de ojo por un oftalmólogo por lo menos una vez cada año, y si se detectan alteraciones en la retina, se tienen que realizar revisiones más frecuentes.
La retinopatía diabética ocurre porque los niveles elevados de glucosa (azúcar) en la sangre poco a poco van causando daño a los vasos sanguíneos de la retina, de tal manera que después de varios años están muy afectados, haciendo que la circulación en la retina se encuentre muy deteriorada.
Al estar deteriorada la circulación de la retina, sus células sufren de falta de oxígeno. Esto es un problema porque las células de la retina requieren mucho oxígeno para poder desempeñar su función adecuadamente, así que cuando les falta oxígeno, comienzan a “quejarse” (no se quejan realmente, sino que producen una sustancia llamada VEGF). Esta sustancia hace que los vasos sanguíneos aumenten su permeabilidad; es decir, estos vasos sanguíneos empiezan a fugar sustancias que los vasos normales no deberían dejar salir, lo cual produce acumulación de líquido en la retina (algo conocido como edema macular), lo cual puede hacer que al paciente le baje la visión.
Si esta situación continúa por mucho tiempo, la retina sigue sufriendo de falta de oxígeno, y sigue “quejándose”, de tal manera que se empiezan a producir nuevos vasos sanguíneos cuya intención es buena: llevar más oxígeno a la retina que le hace falta.
Sin embargo, estos nuevos vasos sanguíneos son defectuosos y son éstos los que causan las complicaciones graves de la retinopatía diabética: pueden romperse y causar hemorragia en el humor vítreo, o pueden formar membranas fuertemente adheridas a la retina, que con el tiempo se contraen y causan desprendimientos de la retina, y eventualmente ceguera.
Como ya se mencionó antes, todo paciente diabético debe ser explorado por un oftalmólogo una vez al año, con el fin de buscar datos de retinopatía diabética. Si se encuentran datos leves o moderados de retinopatía diabética, las revisiones de fondo de ojo deben hacerse con mayor frecuendia (cada 4-6 meses).
Si se observa edema macular que cause baja de visión al paciente, éste debe tratarse, ya sea mediante la aplicación de láser, o la aplicación de medicamentos inyectados dentro del ojo, o la combinación de ambos.
Cuando ya se observan nuevos vasos sanguíneos (lo que se conoce como retinopatía diabética proliferativa), es necesario aplicar fotocoagulación con láser a toda la retina (excepto la región central), para prevenir las complicaciones de hemorragia vítrea y desprendimiento de retina.
Si el paciente tiene ya hemorragia vítrea o desprendimiento de retina que amenace el área central de la visión, el paciente puede necesitar ser sometido a una cirugía denominada vitrectomía.
Si la retinopatía diabética se detecta, y de ser necesario, se trata a tiempo, el paciente tiene altas posibilidades de conservar una visión útil por mucho tiempo.
Cabe mencionar que existe en algunas personas la idea errónea de que en un paciente que tiene diabetes mellitus tipo 2, que por mucho tiempo se controló con medicamentos por vía oral, pero que ahora requiere insulina, la insulina lo va a dejar ciego. Este concepto es totalmente erróneo, dado que lo que deja ciego al paciente son los años de ser diabético con muy mal control. La insulina es precisamente lo que va a hacer que los niveles de glucosa en sangre se controlen, y por lo tanto se frene el avance de la retinopatía diabética.
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